Mindfulness en la adolescencia


La adolescencia es la definición perfecta de la intensidad ¡cuántas cosas suceden en tan poco tiempo! Es un terremoto emocional y corporal de 10 en la escala Richter de los cambios humanos. Y mientras todo eso está pasando dentro de ti, nadie parece darse cuenta de que la tierra tiembla. Sólo notan que ya no eres el niño predecible que eras. Pero tampoco nadie parece ver en ti un adulto capaz de valerse por si mismo y entonces ¿Quién eres?

 

En realidad la transición de la infancia a la etapa adulta es tan profunda, y a veces desgarradora, que no deja indemne a nadie. En mis talleres de adolescencia, siempre les decía a los chicos-as que nadie se acuesta siendo un niño/a y se levanta hombre/mujer. Es un cambio tan profundo y costoso que lleva mucho tiempo, años, tantos que incluso tienen nombre propio: adolescencia y pubertad.

Y son años de una intensidad que nunca olvidarás porque son los años de las experiencias que te marcarán para toda tu vida, del descubrir, del despertar de la sexualidad, del inicio de las relaciones románticas, del abandono de la inocencia. Y lo interesante es que todas estas novedades que vivirás pueden dejar una huella de increíble ternura en ti o…. todo lo contrario. Por eso es tan importante como vivas la adolescencia porque ‘esa primera vez’ (no solo en sexualidad, sino en todo lo que inicias en la adolescencia) te acompañará para siempre en todas las siguientes ocasiones.

La adolescencia es además la edad de las decisiones: ¿Qué quiero estudiar? ¿Cuáles son mis gustos? ¿Cómo me defino sexualmente? ¿Dónde quiero vivir?

Y tienes que tomar todas estas decisiones acompañado por un miedo que hasta entonces nunca habías sentido con tanta intensidad: miedo a equivocarte y miedo a defraudar a otros. Y acompañado de otros interrogantes como ¿Por qué me importa tanto la opinión de los demás? ¿Por qué a veces me siento observado y otras tan solo?

La obra maestra de Paolo Giordano ‘La soledad de los números primos’ transmite, como ninguna, la sensación de estar ante el abismo que se siente en estos años. Como queda reflejado en la novela, la adolescencia puede ser una etapa muy cruel. Pero en esta radiografía del alma humana, donde los personajes secundarios dejan tanto poso como los protagonistas, se descubre que hasta el adolescente más cruel esconde una causa recóndita. La crueldad a veces es la forma de disfrazar el miedo que sientes. Y de todas las emociones, el miedo es la más sibilina porque adopta distintos disfraces: ira, rabía, crueldad, ignorancia….Puedes hacer que nadie se dé cuenta de que lo sientes y, sin embargo, ser el leitmotiv de todas tus actuaciones. El miedo crea personalidades controladoras y destructivas. Y no solo tienes miedo de los demás, también tienes miedo de ti mismo, de no saber manejar las emociones que estas inaugurando porque son nuevas, y potentes, y nadie habla de ellas. Y además vas a descubrir por primera vez que tus padres también lo tienen. ¿Cómo es posible? Hasta hace nada, parecían tener respuestas para todo.

 

Desde el punto de vista de los progenitores, es una etapa muy comprometida para la autoestima personal. Tu hijo te ha rebajado de super-heroe a ser alguien que no sabe nada. Y parece querer demostrarte todo el tiempo que no te necesita. Es mentira. Te necesita más que nunca. Pero si te lo demuestra, delatará su miedo. Y ahí viene la pregunta: ¿Quién nos enseñó a ocultar el miedo? ¿Qué pasaría si lo reconociéramos, si no le menospreciáramos, si incluso le utilizáramos para aprender y le enfrentáramos? Entonces, el miedo rebajaría increíblemente su intensidad, podría incluso desvanecerse como un castillo de papel porque nada debilita más al miedo que ser descubierto y aceptado. Pero le hemos enterrado entre miles de capas de suposiciones para no mirarle porque tenemos miedo al propio miedo. Hemos incluso creado un sistema de creencias para protegernos de él. Es curioso, un sistema de creencias basado en el miedo que busca defenderse del miedo: un poco contradictorio ¿no?

 

 

¿Por qué mindfulness e inteligencia emocional en la adolescencia?

 

El mindfulness con adolescentes les dará estrategias para enfrentar el miedo en todas sus formas: ansiedad, angustia, intolerancia… todas ellas no son sino los disfraces que adopta para colarse continuamente por la parte de atrás hasta que aprendas a sentirle.

En esta edad, ya podemos introducir ejercicios de respiración, practicas meditativas. Habrá una primera resistencia inconsciente pero en el momento que se sientan dueños de sus emociones, y por tanto más libres y menos manipulables, querrán incorporar estas estrategias para toda la vida. Y recuerda que cuanto más jóvenes, menos capas que quitar.

 

Si queremos trabajar con adolescentes tendremos que poner en marcha, más que con ningún otro segmento de edad, la escucha activa porque no siempre lo más importante es lo que dicen. Hay mucha más información en lo que no dicen.

 

En esta etapa está apareciendo el personaje y ya no resultan tan transparentes como de niños. Si de veras quieres ayudarle a superar sin demasiados rasguños esta etapa de la vida, invítale a mirar más dentro que fuera y enséñale las estrategias para enfrentar el miedo que siente ante todo lo nuevo que está experimentando. Incluso aunque tú no las tuvieras. Él/ella solo necesita saber que saldrá victorioso de esta batalla. Y que nada de fuera puede cambiar la verdad de lo que es por dentro.

 

En mis conversaciones con jóvenes, siempre les lanzo el mismo mensaje: ‘Puedo insultarte, criticarte, amenazarte pero nunca jamás podré quitarte tu valor porque está dentro de ti, en un lugar donde nadie puede llegar.  Sólo puedo hacerte creer que no lo tienes pero no te lo puedo arrebatar”.

 

En un momento de la vida donde la opinión de los demás y la aceptación del grupo parece ser tan importante, es donde más debemos incidir en su valía personal. Los demás tendrán poder sobre ti solo si tú decides dárselo.

 

Y entonces, tú eres quien maneja a la única persona que puede hacerte daño.

 

Próxima entrega: cómo lidiar con la rabia.